El hombre aprareció sobre la tierra en tiempos relativamente recientes, aproximadamente hace un millón de años. Presentaba ventajas sobre otros animales puesto que podía caminar erguido y eso la habilitaba para hacer uso de sus brazos y manos como herramientas de trabajo. También el cerebro era algo mayor y eso le dió ventajas respecto a la utilización de materiales para modificar su entorno y descubrie el modo de generar fuego artificialmente. Probablemente, este descubrimiento haya sido un punto de inflexión que separó al homo sapiens de las demás especies.
Luego de la invención del fuego, el cerebro humano experimentó un rapido desarrollo: es probable que se enriquecieran las áreas referidas a la corteza cerebral especilamente aquellas destinadas a la memoria, el lenguaje y la escritura. Así el hombre creó sistemas ingeniosos para la caza, el trabajo manual y hasta mecánico, mientras simultánemante adaptaba su lenguaje a estas nuevas necesidades, haciéndolo más complejo de acuerdo a las circunstancias sociales de las que comenzaba a ser partícipe.
Durante centenares de miles de años, los hombre confiaron a la palabra sus comunicacines a distancia y la educación de sus descendientes, la memoria reemplazaba la carencia de la tecnología de la escritura.
Hacia el final de la cuarta glaciación, nuestros antepasados dejaron rastros de la notable evolución de su inteligencia. Así podemos apreciar aún hoy las pinturas ruprestres de Altamira en España, de Lascaux en Francia, así como también en las rocas del Sahara, Nubia y Sudáfrica.
No son pocas las especulaciones respecto al origen de las pinturas rupestres: ¿Qué intepretación puede hacerse respecto a ellas? ¿Son puras y simples expresiones artísticas? ¿O poseen un significado mágico de tipo ritual? ¿O conforman un relato de los acontecimientos históricos vividos por aquellas personas?
Culquiera sea el significado que se juzgue más conveniente para estas producciones gráficas arcaicas es razonable considerar que éstas conforman la primera etapa de la historia de la expresión humana, historia que avanzaría hacia la invención de la escritura y el desarrollo progresivo de las más variadas formas de expresión.
En efecto, una pintura rupestre puede ser considerada una "pictografía" en tanto represente aquello mismo que muestra. Más adelante, las necesidad de representar ideas abastactas generaría el uso de "ideogramas" con lo cual la evolución de las formas de escritura se habría puesto en marcha.