Las civilizaciones precolombinas de América central y del sur, duraron más de 2000 años. Se estima este período desde el 800 a.C. hasta el XVI en que ésta es drásticamente transformada a partir de la colonización española.
Mexico y América Central
La civilización Olmeca fue la primera en desarrollarse en América Central así como la primera en establecer una cultura cualitativamente diferente a las precedentes. Sus innovaciones ejercieron una notable influencia en las posteriores civilizaciones mexicana y maya.
Los olmecas dejaron notables tallas de cabezas humanas y altares monumentales. Las esculturas de piedra pesaban con frecuencia treinta toneladas y medían dos metros de altura; estaban talladas en forma natural con sus pesados rasgos, labios gruesos y nariz plana. A las caras humanas se incorporaban semblantes de jaguar en un estilo que continuaría y se desarrollaría en posteriores culturas. Por ejemplo, las hachas ceremoniales estaban decoradas con tallas de cabezas humanas con una característica mueca felina.
Teotihuacan es la civilización del período clásico en las montañas de México central y comenzó en los primeros 500 años d.C. Con su foco en los restos de una vasta ciudad del valle de México, l arquitectura constituye su aspecto más destacado. La red viaria de Teotihuacan discurre formando una perfecta parrilla entre pirámides y palacios. La Pirámide del Sol, de 70 m de altura, se eleva en la avenida de los Muertos cerca de la de la Luna, al final de otra avenida de pirámides de menor tamaño.
La estructura más interesante de éste período es el tempo de Quetzalcoaltl, construido en seis plataformas y adornado con gran cantidad de serpientes emplumadas símbolos de la deidad que, en el tiempo de los aztecas, fue probablemente la más significativa entre todas las mexicanas.. En los palacios se encontraron frescos de otros dioses fabuloso, con recargados adornos en la cabeza, ropas suntuosas, como por ejemplo Tlaloc, representado en varios de ellos como el dios de la lluvia. Su imagen se encuentra también en diferentes zonas de México, con sus rasgos característicos, es decir, sus enormes dientes y amplios adornos en al cabeza. De igual manera, la cerámica fue decorada con representaciones divinas, mientras que los escultures preferían figuras naturales y máscaras.
La ciudad de Tenochtitlán fue fundada a principios del siglo XIV por un pueblo guerrero del norte de México, los aztecas. Los españoles llegaron 200 años después del establecimiento de los aztecas, quienes al momento dominaban un vasto imperio que llegaba hasta Guatemala. Así, asimilaron las culturas precedentes, incluyendo técnicas y estilos artísticos desarrollados en Teotihuacan y duran te el período tolteca. El imperio azteca era una teocracia militar, de modo tal que el arte estaba relacionado con la guerra y con la muerte.
De acuerdo a la tradición azteca, la existencia del Sol, la Luna y la Tierra, dependía de los rituales de sacrificio humano. Este dato se refleja en muchas de las esculturas producidas. El dios Xipe Totec, protector del maíz y de las cosechas, era representado frecuentemente en esculturas que muestran un hombre vestido con la piel de un ser humano recientemente desollado.
El templo mayor de Tenochitlán, se utilizaba para sacrificios humanos. La pirámide, que constaba de 360 escalones, tenía dos pequeños santuarios en la cúspide, uno dedicado a Tlaloc, dios de la lluvia y otro a Huitzilopochtli, dios de la guerra.
Debido a que los españoles fundieron casi todo el oro que encontraron, no han llegado hasta nuestros días importantes joyas de oro aztecas, aunque algunos de los libros pictográficos escaparon a las hogueras. También se han conservado varios exquisitos trabajos con plumas, un adorno para la cabeza y un escudo, así como diversos ejemplos de su soberbia técnica para recubrir objetos como, por ejemplo, cráneos y máscaras con mosaicos de turquesa.
Esta civilización, cuya duración se extendió a lo largo de 1500 años, tuvo su máximo esplendor artístico en el período clásico, entre el 900 y el 300 d.C. y tuvo como escenario, los actuales territorios del sur de Mexico, Guatemala y Honduras. La cultura maya fue, sin dudas, la más refinada de toda América: poseía un complejo calendario, sistema numérico y un sistema de escritura jeroglífico. Las inscripciones del calendario, se hallan talladas en muchas estelas y esculturas en bajo relieves del período clásico.
En Palenque, centro religioso de las tierras tropicales de México, existen reproducciones en yeso de cabezas humanas de una calidad no encontrada en ningún otro lugar. Asimismo, la piedra caliza y la cerámica se tallaban y modelaban con todo realismo. Sobrevivieron también pinturas de un estilo similar. El ejemplo más importante es el interior de un tempo en Bonampak que fue descubierto en la década del 40. Las pinturas son de una importate calidad aún cuando ponen en evidencia que no había sido desarrollada la técnica de la perspectiva para dar ilusión de profundidad.
La arquitectura maya alcanzó también gran desarrollo, sin embargo, esta civilización no produjo grandes ciudades. Las ruinas halladas, hablan de concentraciones de edificios religiosos. Las numerosas pirámides de Palenque se hayan complementadas por un palacio que, seguramente, sirvió como residencia a los magnates religiosos.
Tikal fue el complejo más grande que se conoce y contaba con cinco pirámides de 30 m de altura. En varios kilómetros a la redonda se alzaban asentamientos urbanos, cada uno de los cuales contaba con tierra suficiente para su cultivo. Sin embargo, no se hallaron rastros de asentamientos urbanos comparables a Teotihuacan, la ciudad de los aztecas.
La civilización maya desapareció en el siglo IX, y solo volvió a florecer tras la invasión tolteca del Yucatán en Chichen Itzá, pero fue por un breve período. En este período, durante los primeros siglos del segundo milenio, las deidades mexicanas y mayas se fundieron en un estilo artístico mucho más severo. De dicho período datan los objetos plomizos, única cerámica vidriada que se conoce de la época precolombina americana, con la que se comerciaba desde las costas del Pacífico hasta las del Yucatán.