Las pinturas mitológicas más conocidas son las de Sandro Boticcelli que nació en Florencia probablemente en 1445 y murió también allí en 1510. Sus obras El nacimiento de Venus y La Primavera ambos encargados por los Médici están entre las pinturas más notables de Boticcelli. Estas obras revelan una fusión extraordinaria entre el gracioso estilo lineal del gótico internacional, con su profusión de flores, y una concepción genuinamente renacentista, en la representación de los complejos tema mitológicos inspirados por los estudios intelectuales de la época. No se sabe con certeza cuál es el significado de aquellos trabajos, pero lo que es claro es que expresan aquella obsesión por el estudio de textos clásicos que caracterizó los palacios de los poderosos mecenas renacentistas.
En El nacimiento de Venus, como de costumbre, el elemento esencial de la composición es la línea que no define espacio alguno sino que ayuda a las figuras a emerger hacia la superficie. Aunque en esta obra se acentúa más el valor espiritual que el mundano, como en Primaveralas referencias culturales son las mismas.
Ficino y Policiano describen así El nacimiento de Venus:
"Una doncella de rostro no humano
Empujada por céfiros a la orilla
Sobre una concha se desliza
Como si fuera amado por el cielo"
Esta hermosa pintura constitue una verdadera obra maestra. Se trata de una equilibrada composición llena de armonía y puede considerarse como lo mejor de la producción religiosa de Botticelli. Sin duda se trata del momen to más "clásico" de este artista y probablemente ésto se deba a una reciente estancia en Roma. La plasticidad es mayor y el ritmo sosegado y contínuo constituye una permanente referencia al arte antiguo.