Las raices del arte moderno pueden hallarse en los primeros años del siglo XX, en las cuales, artistas de toda Europa adoptaron actitudes revolucionarias respecto a la realidad. Las técnicas fotográficas, rapidamente desarrolladas, permitían captar y reproducir el mundo figurativo, de manera tal que el artista, si quería ensanchar sus horizontes, debía mirar más allá de la perspectiva y de la tridimensionalidad. Este profundo cambio en la actitud creativa anunció el nacimietno de una nuevo corriente que no se valía ya del lenguaje tradicional de la pintura para lograr sus propósitos.
La concepción del arte vigente desde el Renacimiento, en la cual prevalecía la representación de la realidad en términos de forma, color, espacio y luz, fue progresivamente desafiada y sustituída por un nuevo lenguaje artístico que transformó la postura del artista respecto a la realidad.
El camino de la abracción en el terreno artístico se inició a partir de un grupo de artistas que a fines del XIX, en pugna con el impresionismo, consideraba a éste una prolongación del naturalismo dado el interés por representar todos los matices cambiantes de la naturaleza. Así, los postimpresionistas, como Gauguin, Van Gogh, Seurat y Cezanne, experimentaron más allá del impresionismo, en tanto consideraron que sus recursos eran en definitiva, limitados como para describir sus sensaciones.
Todos los postimpresionistas, distorsionaban la visión del mundo que los rodeaba al tiempo que se servían de él con fines expresivos.
Otro paso adelante será el movimiento fauvista, que no se basará en conceptos teóricos pero que como consecuencia de su 'abstracción' del color y el rechazo del 'naturalismo' d ela realidad, tuvo una infuencia decisiva en el arte abstracto.