Hacia la mitad de la década de los años ochenta del siglo pasado, el impresionismo cedio el paso en Francia a una serie de innovaciones más radicales y personales dentro del terreno del arte. Los artistas que protagonizaron estos cambios fueron sin duda Seurat, Van Gogh, Gauguin, Toulouse-Lautrec y Cezanne. La importancia del impresionismo en estos artistas no debe minimizarse puesto que la influencia de éste en sus respectivas formaciones fue notable.
Cézanne fue el único de los impresionistas qeue no estuvo influído por el arte japonés, la idea de un pasado paradisíaco o el sueño de una comuna artística. Su objetivo fue el de formular una realidad disntita en arte, respecto en el que coincido con sus compañeros post impresionistas.
Nació en Aix-en-Provence y se trasladó a París a princpios de la década de 1860 cotradiciendo los deseos de su padre. Rápidamente se familiarizó con el estilo y el modo de pintar impresionista que pese a ello, no ejerció influencia decisiva en sus primeros trabajos. Las obras iniciales de Cézanne se caracterizaron por el uso de colores espesos y oscuros. Sin embargo más tarde y a causa de sus contactos con Pissarro, éstos se aclararían notablemente. En rigor, Cézane no concebía la pintura como una impresión de luz y color sino como una construcción mental de cuerpos geométricos. En su obra se redujo el número de temas: retratos de sí mismo y familiares, natraulezas muertas y lugares especiales como la montaña de Sanit-Victorie en Provenza.
A partir de los años ochenta, Cézanne seleccionó cuidadosamente los motivos y se concentró en algunos temas que analizó repetidamente con un procedimiento similar utilizador por Turner con el monte Rigi o con los experimientos realizados por Monet con la fachada de la catedral de Ruán o los acantilados de Normandía.
La forma de la montaña, redondeada y mazisa que se veía desde el estudio de Cézanne fue una imagen que gravitó sobre la actividad madura del pintor, que la retrató incansablemente siempre a partir de una mirada diferente.
Estos trabajos revelan el paulatino abandono del impresionismo y de una representación realista, en favor de una composición disgregrada pero calculaa que llegará a reducir el paisaje a un pretexto para el estudio de la composición.
Las formas tienden a simplificarse en los esquemas geométricos, aunque el gusto por la luz natural sigue siendo relevante.
Hacia 1988, será el tiempo de breve y trágica relación con Van Gogh. De regreo en Bretaña, buscaba horizontes más lejanos. Se dirigió a Tahiti, en busca de lo primitivo y luego, se recluyó en las islas Marquesas en donde murió acompañdo por un brujo y un misionero.
Las obras pintadas durante su estadía en el Pacífico son imagentes de un mundo exótico y distante pero también la búsqueda simbólica de la pureza natural y moral.
Durante los años siguientes estudió arte en Bruselas, La Haya y Amberes. En 1886 se trasladó a París en donde entró en contacto con las ténicas del momento y se sintió más atraido por el enfoque cientírico de Seurat que por la experimentación de los impresionistas.
Vincent poseía una colección de aproximadamente docientos grabados japoneses de los que hizo numerosas copias además de utilizarlos como fuente de inspiracion para su árboles frutales en flor o sus puentes. También adoptó el método japonés de dibujar con una pluma de caña.
Era deseo de Van Gogh crear una comunidad de artistas que se proporcionaran ayuda y apoyo. Así fue como invitó a Gauguin a vivir con él en Arlés en 1888.
Sin embargo, el resultado de dicha convivencia fue trágico. Cuando los lazos de amistad entre ambos se quebraron, Vincent sucumbió en una gran inquietud que derivó en el famoso episodio en que mutilara su propia oreja.
La ciudad de Arlés era para Vincent tan bella como Japón, detacaba de ella su atmósfera límpida y sus alegres colores.
Los paisajes que de ella pintó pueden dividirse en series relacionadas con diversos aspectos de los cambios estacionales.
Pintaba huertos en flor en primavera, cosechas de verano bajo un sol abrasador y jardines y campos en otoño.
El color vivo e intenso y las formas llameantes y retorcidas de sus pinturas expresan en profundidad sus estados de ánimo.
Vincent Van Gogh víctima de su salud mental, se sucidió en julio de 1830. Es posible que su suicidio fuera la consecuencia de la negativa de aceptar las limitaciones y los defectos del mundo.
En los breves y febriles años que el artista pasó en Grancia, antes del sucido en la linde de un deslumbrante campo de trigo, an Gogh superó las amables atmósfera de la escuela impresionista y lleno su obra de significados existenciales y profundos.
Esta obra, quizá sea la última y la más dramática de las pintadas por Van Gogh. En el punto culminante de su locura, el artista se apoderó de un notable impulso creador que lo llevó a trabajar sin descanso. Sin embargo, el trabajo no lograba controlar su ansiedad, exasperando incluso las tensiones internas.
Se observa en esta pintura que la naturaleza y el paisaje se ven notablemente agitados, llenos de presagios. Los cuervos negros parecen esbozar un sentido fúnebre. En las partes más oscuras del cielo, los pájaros se funden en el negro sugiriendo quizá un destino del que no se puede escapar.
Van Gogh no mezcla los colores en este trabajo. Cada pincelada surge de un trazo nítido y determinante que marca tajantemente las líneas de cada color. El amarillo electrico del trigo contrasta con el terreno amarronado y el azul del cielo parecen competir entre sí. La violencia de los trazos enfatiza esta idea.
En síntesis, el campo de trigo no da una sensación solar, sino que por el contrario, el aleteo de los cuervos, las pinceladas raviosas y los trazos descompuestos, parecen más bien aludir a visionarias escenas nocturnas.
Por otra parte, las pinceladas separadas y superpuestas, seran con el tiempo un recurso que desarrollará la pintura del siglo XX a partir del movimiento impresionista.
La escasa formación ténica de Van Gogh se delata en el camino central que no sigue siquiera las reglas más simples para la representación de la profundidad. Sin embargo, el valor emblemático de la obra de este artista se concentra en su notable capacidad expresiva.
Si bien los temas eran impresionistas, sus ideas habían comenzado a desviarse del principio fundamental de esta corriente que constía en captar la sensación de un momento fugaz. Seurat era más afin a la idea que sugería que un artista debía procurar pensar en lo ideal, en descubrir lo imprecedero, la esencia de las cosas. Esta utilización de temas impresinistas para fifnes diferentes se observa en algunas obras de este periódo como "El baño" y "Tarde en la Grande Jatte", descripción de una escena popular que fue expuesta en la ´ltima exposición impresionista celebrada en 1886.
El puntillismo: El método de Seurat consistía en pintar a base de quequeñas pinceladas o puntos de color puro cuyo tamaño variaba según las dimensiones del cuadro y la distancia desde la que debía contemplarse. Dada la meticulosidad de la técnica y el cuidadoso análisis requerido, éste método exigía un enfoque completamente diferente al ieal impresinista de terminar la obra en una sesión, diferencia que tiene un claro reflejo en la producción. Seurat pintó solamente unas cuantas obras importantes y para "Tarde en la Grande Jatte" realizó numerosos estudios preparatorios.
La Grande-Jatte es una isla grande del Sena, destino de los paseos veraniegos de los parisinos. Sin embargo, no se trata de una atmósfera festiva porque las figuras silenciosas, refleja una sutil incomunicacion, la soledad individual. La obra se relaciona con el impresionismo por el motivo y su luminosidad, sin embargo, la técnica de composición y el calculado ritmo son radicalmente opuestos a la idea de capturar el momento propia del impresionismo.
La aplicación del color que hacía Seurat era meticulosa lenta y se basaba en cuidadoso estudio de la visión y se inspiraba en el proceso fisicoquímico mediante el cual la luz exita la emulsión de plata en la placa fotográfica. El propio Seurat fue uno de los pioneros de la fotografía entendía como obra de arte.
En la reproducción del agua, el artista se apartó claramente de los impresionismo. Mientras que Monet, Sisley y Renoir trabajaron en diversas ocasiones ríos, mares y estanques captando especialmente el fluir del agua, Seurat sólo se limitó a una extensión casi inmovil caracterizada por los reflejos de las embarcaciones anticipando de este modo el arte abstracto.
Se obtiene a través de una sucesión regular de sombras profundas y clarísimas luces. Hacia al fondo, el efecto adopta la regularidad de un tablero de ajedrez en el que las figuras se disponen como las piezas de un juego.
Toulouse-Lautrec había sufrido una serie de enfermedades en la infancia que lo otorgaron alguna desventaja física que acabó condicionando su destino. Cuando abandonó su provincia, se trasladó a París en donde estudio pintura y se interesó por los trabajos de los impresionistas. Así fue como se identificó con el interés por retratar la realidad y la referencia estética de las estampas orientales. Su obra fue próxima a la de Degás, centrado en bailarinas y lavanderas sin distorsiones caricaturescas.
El artista buscó su propio camino para hallar una superación de las propuestas impresionistas: analizó y potenció elementos como la línea, el dibujo y la simplificación expresiva. Encontró su inspiración en ambientes sórdidos como prostíbulos, salones de bailes y circos periféricos.
Es muy conocido el trabajo de Toulouse-Lautrec como publicitario, por lo cual puede considerarse como el fundador de un nuevo género artístico: la imagen publicitaria y comercial.
Lautrec sentó las bases de importantes cambios que se producirían en la historia del arte y se convirtió en una fuerte de inspiración para el expresionismo, gracias a su eficacia en la síntesis de imágenes, palabras y colores.